Opinión

El gran pendiente de Harley

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Tiro Libre

Anwar Moguel
Novedades Chetumal
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Una pesada losa arrastra la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo y su titular, Harley Sosa Guillén, con el tema de las cárceles estatales, exhibidas una vez más por un medio nacional como ejemplo de las peores del país.

Los penales de Cancún y Chetumal, reprobados recurrentemente por la Comisión Nacional de Derechos Humanos en cada diagnóstico anual realizado, son el epítome de la corrupción. Dentro, se vive una verdadera ley de la selva donde lo único que manda es el dinero.

Se vende de todo y circula de todo. Hasta la dignidad humana tiene su precio, pues los reos pagan por “protección” al autogobierno, figura ilegal solapada y protegida por los alcaides ya que es útil para sus fines de ambición personal e institucional.

riña-cereso-chetumal1Un ex presidiario que estuvo recluido tanto en Cancún como en Chetumal con el que sostuve una conversación personal me narró de primera mano todas las irregularidades que se viven día a día los internos, los cuales viven sometidos en un régimen de terror, pero muy lucrativo.

Por eso es claro que lo que circula en medios nacionales no es una exageración, todo lo contrario, podrían quedarse cortos.

Desde su llegada a la Cdheqroo, el joven Ombudsman Harley Sosa Guillén asumió el compromiso de mejorar la calificación de las cárceles estatales, para la cual ordenó la realización del Diagnóstico de Supervisión Penitenciaria Estatal, el cual supuestamente serviría como base para empezar a ajustar tuercas y mejorar las condiciones de los presos.

En principio, el Diagnóstico Estatal parece innecesario ya que cada año la CNDH hace un diagnóstico nacional, que la no estar coludido con los poderes estatales, es mucho más confiable y preciso.

Sin embargo la acción del Ombudsman fue reconocida como positiva, pues es urgente sacar a las cárceles quintanarroenses del fango. Lamentablemente, es más fácil decirlo que hacerlo.

Porque Sosa Guillén ha estado al frente de la Comisión de Derechos Humanos por un año y nueve meses, y la situación de los penales no ha mejorado ni un ápice. Testimonios hay muchos y están a la mano, basta con platicar con algún familiar de los internos de Chetumal y Cancún.

Recientemente el Ombudsman presumió que el trabajo en materia de Derechos Humanos ya presentaba avances sustanciales en las cárceles, dichos que serán puestos a prueba por el próximo diagnóstico penitenciario nacional de la CNDH previsto para el 2016.

Harley Sosa tiene poco tiempo para demostrar que merece estar al frente de la defensa de los Derechos Humanos con resultados reales, medibles y comprobables. De lo contrario, estará dando la razón a sus críticos –que no son pocos- de que su activismo es de pose. Para puras fotos, pues.

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