Opinión

MEGAOBRAS: DEL DISCURSO A LA REALIDAD EN QUINTANA ROO (y el elemento electoral)

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Anwar Moguel

“Acortar las brechas de desigualdad, justicia social, prosperidad compartida, reconstruir el tejido social”, son frases recurrentes en el discurso político de la gobernadora Mara Lezama Espinosa desde su campaña y durante el primer año de su gestión; en cada oportunidad, en cada mensaje, la mandataria reitera este mantra de su administración, recordándole a todos -sus funcionarios incluidos- cuál es el rumbo a seguir.

El desafío es claro: convertir un discurso tan ambicioso, tan anhelado por la sociedad, en una realidad tangible y medible. Muchos gobiernos pasados ofrecieron bienestar y oportunidades, pero la población simplemente no recibió ningún beneficio, al contrario, la degradación ha sido notoria.

Para Mara Lezama, una mujer idealista que ha roto esquemas al ser la primera en alcanzar la gubernatura en nuestro joven estado, enfrentar el reto ah sido su combustible y está decidida a sentar las bases de un crecimiento en las oportunidades de desarrollo en todo el estado, recibiendo en su labor un enorme respaldo del presidente Andrés Manuel López Obrador quien, más allá de filias y fobias políticas personales, ha sido un innegable benefactor de Quintana Roo.

Y es que la plataforma de despegue que constituirán las megaobras realizadas por el gobierno federal con la colaboración y apoyo del gobierno del Estado a partir del 2024, permiten vislumbrar un futuro esperanzador para el sur y centro quintanarroense, invisibilizado por muchos años en la recepción de inversiones y de oportunidades.

La lista es tan amplia como importante: el 1º de diciembre iniciará operaciones el Aeropuerto Internacional de Tulum en terrenos del municipio maya de Felipe Carrillo Puerto; el 15 de diciembre se abre la ruta del Tren Maya de Campeche a Cancún; el 31 de diciembre de Cancún a Palenque y el 29 de febrero los mil 554 km que conectarán a Cancún con destinos como Tulum, Bacalar y Chetumal. Todo esto, oficializado por AMLO en sus redes sociales oficiales tras su última supervisión de la obra.

Por si fuera poco se espera que en el 2024 se concluya la construcción del Puente Nichupté, el Parque del Jaguar en Tulum, el Parque Quintana Roo y el Tianguis Yum Kaax en Chetumal, así como los mercados del Bienestar en distintos puntos de la entidad.

Todo lleva su proceso, pero es un hecho que el despegue de estas obras abrirán nuevos nichos económicos, nuevas oportunidades de desarrollo, nuevos espacios turísticos, nuevos mercados artesanales y nuevos conceptos empresariales e industriales, aunado a la derrama económica que ha transformado la vida de muchas familias durante la ejecución de los trabajos.

Con esta infraestructura novedosa, la gobernadora Mara Lezama cuenta con el andamiaje para que su mensaje, su propósito, aterrice en la realidad con más comida en la mesa de las familias y más dinero en sus bolsillos. Al final, ese es el principal reflejo del bienestar.

¿Y el tejido social, tan dañado, es acaso posible reconstruirlo? La desigualdad, la falta de oportunidades y la pobreza son los ingredientes principales del caldo de cultivo que alimenta a la delincuencia. Un mayor bienestar, con políticas públicas adecuadas, debe impactar a mediano plazo en las condiciones de la sociedad y esto a su vez en la disminución de los flagelos. Esa es la visión y esa es la apuesta.

(EL ELEMENTO ELECTORAL)

Es imposible pasar por alto que el impacto de estas megaobras próximas a entrar en operaciones será una gran ventaja político-electoral para Morena y sus aliados y un gigantesco escollo para la oposición, que está intentando asegurar su supervivencia en el 2024 convirtiendo a estrellas de la TV y del deporte en candidatos.  

Los números de aprobación del presidente y de la intención de voto para Morena reflejan una realidad incontrovertible: que la mayoría de la gente, de los ciudadanos de a pie ajenos a intereses políticos y de grupo en Quintana Roo, apoya el “proyecto de nación” que enarbola la 4T.

Cambiar esa realidad se ve en extremo complicado para una oposición sin liderazgos reales, sobre todo en un año electoral en el que Quintana Roo empezará a cosechar los beneficios de inversiones sin precedentes. Al tiempo.

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