Opinión

¿Quién asume el costo político?

Google+ Pinterest LinkedIn Tumblr

cj-despidos1

Tiro Libre

Anwar Moguel
Novedades Chetumal
.

Las primeras semanas del gobierno de Carlos Joaquín González han sido harto complicadas por un sinnúmero de factores que han empezado a calar en la popularidad del gobernante, quien en muchos de los casos ha tenido que asumir el costo político de acciones ejecutadas por sus colaboradores en este difícil arranque de gobierno.

Carlos Joaquín tenía claro que este periodo de inicio no sería nada sencillo, y así lo expresó en los históricos discursos que pronunció en su toma de protesta, y la semana pasada en el aniversario de la creación del estado de Quintana Roo, donde pidió no solo el apoyo de la población, sino también la paciencia.

El problema es que la paciencia del ciudadano común está agotada desde hace mucho tiempo por las incontables irregularidades que se cometieron durante el gobierno de Roberto Borge, donde el abandono a las ciudades y la victimización de los empleados de gobierno fue la norma.

El nuevo gobierno entró con un margen de tolerancia al error muy reducido, presionados por la herencia maldita que heredó su antecesor en todos los ámbitos y dependencias.

gabinete-cj-004Pero a punto de cumplirse el primer mes del nuevo gobierno, muchos de los problemas recibidos permanecen igual o incluso peor, lo que ha alimentado el descontento de la población. Y no, no es un descontento fabricado por los medios, es una percepción real y tangible.

Botones de muestra hay muchos: maestros del Colegio de Bachilleres que exigen el pago de sus hipotecas y cuentas pendientes que les descontaron de los salarios pero que nunca se pagaron; catedráticos de la Universidad Politécnica de Bacalar que no han cobrado sus últimas dos quincenas por culpa del ex Rector, Miguel Pérez Cetina –esposo de la diputada federal priista Arlet Mólgora Glover–, quien dejó el cargo sin preocuparse por los empleados a los que ahora nadie da razón de nada, además de decenas, quizá cientos de despedidos de niveles no directivos que empiezan a alzar la voz en diversas dependencias.

Las pugnas internas entre los propios colaboradores del gobernador, además de la altanería con la que han empezado a conducirse algunos de los miembros del gabinete, contrasta con la postura de responsabilidad y ecuanimidad que ha asumido el mandatario, que no ha dudado en salir al quite y absorber el costo político de las acciones u omisiones de su equipo de trabajo, aún cuando esto no le corresponde.

Carlos Joaquín sigue gozando del respeto y la confianza de los quintanarroenses que creyeron en él, pero es urgente que empiece a apretar tuercas dentro de su equipo de trabajo, sobre todo donde las cosas no están funcionando como se debe, porque la luna de miel está a punto de terminar.

Escribe una opinión

7 − six =