Tiro Libre
Anwar Moguel
Novedades Chetumal
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Egresados con mención horrorífica de la Secretaría General de la Sección 25 del SNTE, los nueavaliancistas Alexander Zetina Aguiluz y Emilio Jiménez Ancona tomaron por asalto las candidaturas de la coalición PRI-Verde-Panal a las alcaldías de Bacalar y Lázaro Cárdenas en un hecho histórico para el partido Turquesa, que desde que fue creado en el 2005 por Elba Esther Gordillo por primera vez tiene la oportunidad real de gobernar un municipio en Quintana Roo.
Nueva Alianza jugó muy bien a la política en la negociación con el PRI, y de manera sorpresiva salió como el gran triunfador, capitalizando a su favor la enorme preocupación que corroe al Tricolor por la conformación de la alianza opositora encabezada por el desertor Carlos Joaquín González que lo llevó a entregar a sus pigmeos aliados casi la mitad del pastel.
No se puede entender de otra manera, porque el PRI cedió cuatro de las once alcaldías en juego, entre ellas la joya turística y económica de Cancún, además de ocho diputaciones de mayoría, a pesar de que sus rémoras electorales aportan muy pocos votos.
La estadística de referencia más reciente fue el resultado de las elecciones federales de 2015, en donde en conjunto los candidatos de Nueva Alianza en Quintana Roo apenas rozaron el cuatro por ciento de la votación. Ese ínfimo porcentaje lo vendieron a un PRI desesperado a cambio de dos alcaldías y una diputación. Alquimia política pura.
Sin embargo con el par del SNTE que se perfila hacia las candidaturas a paso firme y con una sonrisa en el rostro, el riesgo de perder el control en esos municipios está implícito, sobre todo en Bacalar, donde la alianza “Juntos por más y mejores resultados para Quintana Roo” y su probable abanderado, Alexander Zetina, se enfrentará al petista Mauricio Morales Beiza, un hueso nada fácil de roer.
Para colmo, es muy posible que pronto aparezca un tercer adversario en el mapa que complicaría aún más el panorama, y este enemigo podría venir de las filas priistas.
Jugando en el equipo del desertor cozumeleño están la profesora Nelia Uc Sosa y el ex síndico municipal Jorge Calderón Gómez; ambos aspiran a la candidatura de la coalición PAN-PRD para la presidencia municipal.
Alexander Zetina no tiene el capital político para arrasar en Bacalar y se equivocan quienes piensan que contará con el apoyo del magisterio, pues buena parte del profesorado del Pueblo Mágico conoce a la perfección sus tropelías. Por otra parte desplazó a aspirantes priistas legítimos, como Francisco Flota Medrano y Juan Manuel Herrera, que de inmediato comenzó a coquetear con la alianza opositora en busca de una vía para concretar su ambición.
Para triunfar, Alexander depende enteramente del respaldo de la poderosa maquinaria electoral y los abundantes recursos del PRI, pero ¿estarán dispuestos los priistas a poner su tiempo y esfuerzo para llevar a Zetina Aguiluz a la presidencia? ¿Mostrarán el mismo compromiso en el trabajo de campo que si se tratara de uno de los suyos? Y lo más importante, ¿invertirá el PRI lo necesario para garantizar la victoria del nuevaliancista, cueste lo que cueste?
Si la respuesta a una sola de estas preguntas es no, el profesor Alexander se estaría dirigiendo irremediablemente a una derrota.
En Lázaro Cárdenas, Emilio Jiménez Ancona tiene más probabilidades de éxito, no porque sea un cuadro que meta miedo, sino porque hasta el momento parece que no tiene un rival de cuidado en la oposición.
El holboxeño tiene algunas vulnerabilidades relacionadas con su vida privada que sin duda serán explotadas por los opositores, pero con todo y sus handicaps parece arrancar con ventaja.
El único obstáculo sería que su campaña fuera boicoteada por priistas descontentos, posibilidad que se ve lejana porque el control del partido en Lázaro Cárdenas lo tiene Ysmael Moguel Canto, aspirante Tricolor desplazado, cuya institucionalidad y disciplina partidaria está más que probada.
