Tiro Libre
Anwar Moguel
Novedades Chetumal
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La afectación de la derrota electoral más dolorosa de la historia para el Tricolor en Quintana Roo está provocando una guerra de guerrillas dentro del partido que aún dirige Raymundo King de la Rosa, pero que está perdiendo el control del navío priista día con día, con cientos, quizá miles de militantes pidiendo a gritos su renuncia.
Raymundo, quien como líder del partido es el indicado para cargar con la responsabilidad de la derrota, aunque siendo objetivos nada podría haber hecho para subsanar los enormes pasivos que enfrentaba su partido, se ha convertido en el epicentro de todos los reclamos de la militancia Tricolor que quedó en la orfandad tras perder la gubernatura.
En la primera línea de combate contra el aún dirigente priista están las aguerridas lideresas de colonias y algunos operadores seccionales a los cuales les han cerrado la llave de los “apoyos” tanto por parte del gobierno estatal como del partido, por lo que sin miedo a exhibir la forma en que opera este partido del jurásico se manifestaron nuevamente en la sede estatal del PRI exigiéndole a Raymundo el pago de un “bono” de 10 mil pesos prometido durante la pasada campaña política.
No es la primera vez que este grupo de lideresas de colonia alza la voz. Hace unos meses hicieron lo propio frente al Palacio de Gobierno, acusando al oscuro operador financiero del gobierno estatal, Eliezer Villanueva Lanz, de que no les estaba entregando los recursos económicos para realizar su trabajo para el partido.
Sin pelos en la lengua las lideresas y seccionales despotrican contra todo aquel que atente contra su ingreso, a la vez que venden su amor a cualquiera que esté dispuesto a pagarlo. No se descarta que detrás de las recientes manifestaciones contra Raymundo esté alguno de los aspirantes a sucederlo en la dirigencia estatal.
Pero la rebelión de las lideresas no es nada comparada con la presión que viene de militantes de mayor peso que se han agrupado para pedir, también de manera pública, la renuncia inmediata de King de la Rosa para dar paso a la reconstrucción del priismo quintanarroense.
El timonel Tricolor sabe que tiene los días contados; sabe que su tiempo en el liderazgo ya concluyó, pero se resiste a dar alguna señal de cuándo abandonará la capitanía, lo que ha sido interpretado por los priistas como un intento de aferrarse al cargo. a pesar de los malos resultados de su gestión.
Y es que no se puede interpretar de otra manera, porque de haber puesto sus barbas a remojar King de la Rosa pudo seguir el ejemplo de su ex dirigente nacional, Manlio Fabio Beltrones, y renunciar de inmediato a su posición, lo que habría sido positivo para él porque su imagen, de por sí muy golpeada por sus acciones como diputado federal y como dirigente estatal del Tricolor, hubiera sufrido menos desgaste.
Ahora, además de que le ha llovido de todo, podría ser removido en cualquier momento por el nuevo dirigente nacional, Enrique Ochoa Reza –por cierto, personaje muy cercano al ex gobernador Pedro Joaquín Coldwell–, como lo anticipó el experimentado chetumaleño Eduardo Ovando Martínez, quien es también uno de los interesados en que Raymundo King renuncie porque tiene la mira puesta en el liderazgo Tricolor.
Raymundo todavía está a tiempo de salvar algo de su honor. Por salud mental y política, le convendría solicitar su renuncia a la presidencia del PRI cuanto antes para dedicarse a preparar su plataforma de trabajo en el Poder Legislativo, porque cada día que se mantenga al frente del maltrecho barco Tricolor, le será contraproducente.
El Rebote
El gobernador electo, Carlos Joaquín González, está en plena conformación de su equipo de colaboradores donde los nombres empiezan a fluir con cuentagotas, aunque suena fuerte que el cozumeleño estaría incorporando a un buen número de fuereños, lo que tiene nerviosos incluso a quienes apostaron por su proyecto, ya que esta acción no sería bien vista por los votantes quintanarroenses.
