Opinión

Pedro, Lizbeth y Luis

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Tiro Libre

Anwar Moguel
Novedades Chetumal

La negociación tras bambalinas en la capital ha finalizado y, como se esperaba, el PRI ungió al diputado local Pedro Flota Alcocer como su gallo para la candidatura a la alcaldía al nombrarlo coordinador municipal en un evento que, fiel al estilo Tricolor, tuvo todo el aroma de un arranque de campaña en off-side.

Para Pedro Flota, el nombramiento en esa coordinación tuvo un dulce sabor a revancha, por los años que estuvo en la antesala de la silla mayor del Palacio instalado en el popular parque de La Alameda.

Porque Pedro Flota no es un político improvisado. Sus tablas en áreas fundamentales de la estructura gubernamental y en el terreno partidista lo convierten en un peso pesado, aunque en tres ocasiones previas probó el lado amargo de la grilla al ver sus aspiraciones sacrificadas.

Su paciencia y disciplina se vieron recompensadas en esta ocasión con el premio anhelado por largos años. Seguramente en enero empacará sus maletas y abandonará el Congreso local para dedicarse de lleno a su proyecto proselitista.

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En el mismo evento el PRI  bendijo a Lizbeth Gamboa Song y a Luis Alamilla Villanueva al colocarlos como coordinadores en los dos distritos locales que le quedaron a Chetumal (aunque uno es más bien para la zona de Calderitas e Xcalak), perfilándolos para las diputaciones locales.

Tanto Lizbeth Gamboa como Luis Alamilla aspiraban a la presidencia municipal, pero con trayectorias menos abultadas y un capital político reducido, fueron superados de calle por el experimentado Flota Alcocer.

Para Luis Alamilla la diputación local es una victoria, ya que no tiene mucho para presumir más allá de la exitosa coordinación de la campaña del actual alcalde, Eduardo Espinosa Abuxapqui.

La diputación será su primera posición de importancia y dependerá de él si aprovecha el escaparate para crecer políticamente, y entonces sí aspirar a nuevas alturas. La oportunidad está en sus manos.

En cambio para Lizbeth Gamboa la situación es agridulce, pues pasar de una diputación federal donde te codeas con la crema y la nata de la política nacional a una intrascendente diputación local es una caída dolorosa.

Eso sí, hay que decir que Lizbeth no tenía los méritos para ocupar la diputación federal plurinominal que recién concluyó, y si logró llegar a San Lázaro no fue gracias a su talento político, sino por un pago de facturas a su madre, la ex presidenta del Poder Judicial Lizbeth Song Encalada.

Está por verse si esa experiencia legislativa adquirida en la Cámara Baja del Congreso de la Unión la hace brillar con luz propia en el Congreso local. Si algún día quiere convertirse en presidenta municipal, primero tiene que demostrarle al pueblo que tiene con qué.

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