Opinión

Manlio abre fuego

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Tiro Libre

Anwar Moguel
Novedades Chetumal
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Para nadie interesado en la política pasó desapercibida la visita del dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, a Quintana Roo, donde lanzó certeras declaraciones que hicieron mella en la oposición aún antes de empezar la batalla electoral en toda forma.

Beltrones llegó al estado para formalizar la candidatura de Mauricio Góngora Escalante a la gubernatura de Quintana Roo, pero que nadie piense que su papel es meramente protocolario o decorativo. Todo lo contrario, con el largo colmillo que lo caracteriza, Manlio Fabio llegó con la intención de medir la temperatura, apuntalar la estrategia y girar instrucciones como cualquier general lo haría en su cuarto de guerra.

Y es que el expertise electoral del sonorense es ampliamente conocido y no puede ser subestimado, lo que quedó más que claro después de los dardos que lanzó contra la alianza del PAN y PRD, y su candidato Carlos Joaquín González.

Fiel a su personalidad norteña, Beltrones habló directo y fuerte señalando que la coalición del PAN y PRD es una alianza “contra natura” por sus ideologías opuestas, señalando que se unen sin un programa coherente y con el único objetivo de ganarle la gubernatura al PRI, cayendo en la contradicción de abanderar a ex priistas “recién fugados de su partido porque no obtuvieron lo que querían y no les importa abandonar principios que antes defendían”. ¡Saz!

El dirigente Tricolor fue más allá y aseguró que la alianza opositora está buscando el poder por el poder traicionando a sus propios militantes al “piratearse” personajes igualmente obsesionados por una candidatura a cualquier costo, en clara referencia al menor de la familia Joaquín.

Las duras palabras de Manlio Fabio Beltrones duelen porque son verdaderas, ya que tanto el PAN como el PRD le entregaron las llaves de sus partidos en bandeja de plata a Carlos Joaquín, conscientes de su propia debilidad política.

Porque estos partidos, que antes de la deserción del cozumeleño ni pintaban ni daban color, no tendrían la menor posibilidad de competir de no ser por el ex priista, que ahora es el que comanda sus filas y el que decide e impone, causando malestar en ciertos sectores de la militancia azul y amarilla que se han visto desplazados en la toma de decisiones y en el reparto de posiciones, lo que podría abrir la puerta a traiciones y puñaladas traperas.

En el PRI, por otra parte, la oleada de renuncias parece que llegó a su fin y las aguas están retomando su nivel. La férrea disciplina Tricolor mantiene al partido en cohesión en torno a su candidato oficializado este domingo, Mauricio Góngora Escalante, respaldado por Manlio Fabio, quien sin tapujos mostró el hacha de guerra mandando a sus huestes al ataque.

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