Opinión

Justicia al magisterio, solo justicia

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Tiro Libre

Anwar Moguel
Novedades Chetumal
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Tras arrastrar una millonaria e infame deuda por un lustro, finalmente miles de trabajadores de la educación en Quintana Roo que fueron literalmente robados durante el gobierno de Roberto Borge Angulo al descontárseles puntualmente de sus salarios pagos de deudas a hipotecarias y empresas financieras que nunca llegaron a su destino, vieron algo de luz tras el anuncio formal de la secretaria de educación, Marisol Alamilla Betancourt, de un plan emergente para empezar con el pago de estos pasivos frutos de la corrupción.

La estafa contra el magisterio cometida por el gobierno anterior y perpetrada desde la Secretaría de Finanzas y Planeación que dirigía en ese entonces el rapaz Juan Pablo Guillermo Molina, inició desde el 2012, cuando misteriosamente cientos de profesores empezaron a recibir notificaciones de hipotecarias, aseguradoras y financieras de que presentaban adeudos de varios meses, a pesar de que en sus talones de cheque aparecían los descuentos realizados.

La inconformidad empezó a crecer como bola de nieve, y se convirtió incluso en el principal detonador del histórico movimiento magisterial de 2013, cuya flama fue alimentada después por la entrada en vigor de la Reforma Educativa.

Y es que cuando los trabajadores de la educación se dieron cuenta que estaban siendo víctimas de un robo masivo exigieron a la titular de Educación de ese momento, la cozumeleña Sara Latife Ruiz Chávez, la solución a esta situación.

Por supuesto, nada ocurrió, y aunque Sara Latife fue echada de la Secretaría de Educación para contener la furia magisterial, que ya se había desbordado, la estafa siguió en marcha y la deuda creciendo.

José Alberto Alonso Ovando, que entró al relevo de la cozumeleña de triste recuerdo en la SEQ, logró contener los ánimos, pero nunca pudo ofrecer una solución real, y el problema se convirtió en una verdadera pesadilla para los maestros, que por ese atraco se volcaron en apoyo al proyecto de Carlos Joaquín González, quien les prometió que de llegar a la gubernatura la demanda sería atendida.

Por supuesto, era más fácil decirlo que hacerlo. Al tomar las riendas del gobierno se dieron cuenta de la profundidad del desfalco, que tan solo en el magisterio fue de casi 200 millones de pesos, aunque también se repitió el mismo esquema criminal en casi todas las dependencias de gobierno con miles y miles de afectados.

Transcurrió casi un año para ofrecer una respuesta contundente, que llegó esta semana, primero de boca del gobernador Carlos Joaquín, y después por parte de la titular de la SEQ, Marisol Alamilla, quien se reunió con los dirigentes de los tres sindicatos magisteriales, SNTE, SITEM y Siteqroo, para darles a conocer la buena nueva.

La funcionaria señaló que la masiva deuda de 196 millones 154 mil pesos se pagará por etapas, dando prioridad a los casos más urgentes, es decir, maestros que enfrentan embargos o demandas. En la primera etapa se pagarán poco más de 85 millones para cubrir las deudas con todo e intereses de 305 trabajadores; el resto, conforme se vaya disponiendo de recursos.

Por supuesto, los más aliviados por el cumplimiento de esta promesa fueron los docentes y administrativos que habían perdido el sueño por esta situación de la que no tenían culpa. Aún así, consideran que está lejos de ser un acto de justicia.

Porque la reparación del daño es solo una parte de esa justicia exigida. La otra parte es llevar ante la ley a los funcionarios implicados en este acto surrealista de corrupción, y que reciban un castigo ejemplar para que a nadie más se le ocurra atentar contra el sagrado salario de los trabajadores.

El rebote

La mala nota la dio el dirigente del SNTE, Fermín Pérez Hernández, que como de costumbre se quiso vestir de héroe al atribuir a la Sección 25  la “gestión” ante el gobierno estatal para el pago de esta deuda. Que alguien le recuerde que la verdadera gestión la hicieron los propios maestros durante la campaña política del año pasado, donde por cierto, el SNTE jugó para el bando contrario al de Carlos Joaquín.

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