Tiro Libre
Anwar Moguel
Novedades Chetumal
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Decididos a aprovechar todos los beneficios que les otorga la benévola legislación electoral mexicana, los partidos en Quintana Roo y sus aspirantes a la gubernatura se preparan para arrancar su “precampaña”, colocando verdaderos bultos como supuestos rivales internos para justificar el proselitismo adelantado.
En realidad, este mote de “precampañas” es un mero eufemismo, porque los aspirantes a la gubernatura han estado realizando proselitismo descarado desde hace meses –una pre precampaña, si usamos los mismos términos legaloides– solapada completamente por las autoridades electorales.
Ninguno se salva, porque si los priistas José Luis “Chanito” Toledo, Mauricio Góngora Escalante, Raymundo King de la Rosa y Paúl Carrillo de Cáceres han realizado una intensa actividad para posicionar su imagen usando los vacíos legales a su favor, lo mismo han hecho el Moreno José Luis Pech Várguez, en franca campaña desde hace meses, y el ex priista, ahora panista-perredista, Carlos Joaquín González.
Según las fechas autorizadas por el INE, los precandidatos a la gubernatura podrán empezar a gozar su tiempo de precampaña desde el 17 de febrero, siempre y cuando tengan un contendiente dentro del mismo partido que les dispute la candidatura, periodo que terminará hasta el 27 de marzo, lo que les da la posibilidad de promocionarse a lo largo y ancho del estado por poco más de un mes.
Hasta el momento el único que estaría iniciando precampaña en los próximos días es Carlos Joaquín González, que ya tiene un bulto para “enfrentar” en la contienda interna en la figura del chetumaleño Fernando Méndez Santiago.
En el PRI, que hasta este jueves aún no tenía candidato definido, el reloj les está restando días valiosos. Sin embargo, se espera que una vez que el nombre del ungido se dé a conocer, también realizará precampaña inscribiendo a un sparring de peso pluma.
En 2010 este papel le tocó a Sergio de la Cruz Osorno, cuyo registro le permitió a Roberto Borge Angulo realizar una intensa precampaña que allanó su camino hacia la gubernatura del estado.
En Morena, el ex Rector de la Uqroo de origen priista, José Luis Pech Várguez, es el único aspirante registrado hasta el momento, por lo que podría no realizar precampaña aunque eso poco le preocupa, ya que con su nombramiento de “promotor de la soberanía nacional” de su partido ha estado recorriendo los 11 municipios de la entidad sin mayor problema.
Si bien las precampañas están normadas y autorizadas por la Ley, lo cierto es que son una verdadera burla para el pueblo, que es quien paga el dinero que derrochan los partidos, por su inutilidad manifiesta.
Si los legisladores tuvieran un mínimo de sentido social en el cumplimiento de su labor, la figura de las precampañas sería borrada por completo de las leyes electorales porque ellos más que nadie saben cómo se las gastan los partidos.
La democracia es borrada por la dictadura partidista. Sus estructuras jerárquicas son piramidales y la autoridad se ejerce de la cima hacia abajo, sin discusión. Póngale el color que quiera, rojo, azul, amarillo o moreno, todos actúan de la misma manera.
Las precampañas están diseñadas mañosamente para permitir a los candidatos, sobre todo de los partidos con más poder y dinero, tomar ventaja al alargar su campaña con un periodo de gracia con cargo al erario.
Y es que el gasto realizado durante las precampañas es excesivo. Con el pretexto de convencer a sus propios militantes, los candidatos forran las calles de espectaculares con su imagen y atiborran los medios de comunicación con spots, boletines y fotografías.
Los 2 millones 669 mil 155 pesos impuestos como tope de gastos para las precampañas para gobernador del estado son una bicoca, comparada con los gastos reales.
Se anticipa que las elecciones locales de 2016 serán las más caras en la historia de Quintana Roo, y el derroche empezará desde las precampañas. Al tiempo.
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