Burócratas de lujo se aferran al “hueso”

Tiro Libre

Anwar Moguel
Novedades Chetumal
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Ante el inminente cambio de estafeta en el gobierno estatal que se espera provoque una verdadera revolución en las dependencias locales, dominadas por décadas por funcionarios priistas incrustados en mandos medios y altos, muchos de estos burócratas no pretenden ceder tan fácil sus puestos y han formulado un pacto con sus iguales para no renunciar a sus posiciones hasta que los obliguen a hacerlo.

Normalmente en los cambios de gobierno todos los que ocupan un puesto de mando, desde directores hasta secretarios, ponen sus renuncias sobre la mesa para que los nuevos titulares puedan formar su equipo. Esta práctica se hacía con toda confianza, ya que los funcionarios sabían que serían reacomodados en otra “chambita” de igual o mayor categoría.

Pero este cambio de gobierno, con un mandamás ajeno al PRI y enfrentado a muerte con el grupo político que dominó al Tricolor en los últimos doce años, pone la soga en el cuello de muchos de estos burócratas que, de renunciar, podrían quedarse sin empleo seguro por una buena temporada.

Aferrados a la comodidad a la que están acostumbrados, cientos de empleados estatales que ocupan puestos directivos en las diferentes áreas están decididos a no presentar su renuncia, y le apuestan a la permanencia pensando que no los podrán despedir porque son los que mueven el pandero en sus respectivas dependencias.

Y es que en la SEyC, en la CAPA, en la SESA y en prácticamente todas las secretarías y organismos paraestatales existe una cofradía de funcionarios que han acaparado los mandos medios por lustros, y con la soberbia por delante creen ser los únicos que pueden con el manejo administrativo de sus “feudos”.

Estos funcionarios, que ocupan puestos de confianza y que por ello tendrían que presentar su renuncia inmediata a partir del 25 de septiembre, en voz alta aseguran que no dejarán sus puestos y que pelearán para que, si los quitan, les respeten su nivel salarial y compensaciones, que por lo general superan los 30 mil pesos mensuales.

Irónicamente, muchos de ellos fueron verdugos en la reingeniería laboral aplicada por el gobierno borgista en 2013 y que dejó en la calle a cientos de empleados de los niveles salariales más bajos, a los cuales no se tentaron el corazón para quitarles su fuente de empleo.

Ahora que están del otro lado, son los primeros en rezongar y de prepararse para dar pelea por sus puestos de trabajo, que son inmerecidos en muchos casos.

Los nuevos titulares de las dependencias que nombrará Carlos Joaquín González al inicio de su gobierno enfrentarán un panorama adverso, pues tendrán que lidiar con esta casta privilegiada de burócratas que no piensan ceder en sus caprichos y demandas.