Tiro Libre
Anwar Moguel
Novedades Chetumal
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Los ex diputados locales y ahora candidatos a diputados federales por el Distrito 02, Alexander Zetina Aguiluz (Nueva Alianza) y Mauricio Morales Beiza (PT) tienen en común su lugar de residencia en la cabecera del décimo municipio, Bacalar, por lo que mantienen una lucha encarnizada para capitalizar a su favor los votos de los ciudadanos de esa demarcación, donde ambos tienen su fuerza.
Además, los dos políticos han sido consentidos por las dirigencias estatales de sus respectivos partidos, lo que permitió a Alexander Zetina llegar a una diputación local por la vía plurinominal en la XII (2008-2011) Legislatura y a Mauricio Morales en la XIII (2011-2013) con el mismo modus operandi.
Pero las similitudes terminan allí, porque sus ideologías y desempeño como representantes populares están a años luz de distancia.
Quintanarroense de origen, nacido en Bacalar, Alexander tomó al igual que muchos de sus paisanos el camino de la docencia como una vía segura para garantizarse una vida digna. Siendo Bacalar la cuna de la mayor parte de los profesores del estado y con una familia con larga tradición en el magisterio, convertirse en profesor fue lo más lógico. Lo hizo en el área de educación especial.
Laborando en el Centro de Atención Múltiple de Bacalar por allá en los inicios de la década del 2000, Zetina Aguiluz incursionó en la política sindical donde, a pesar de las limitaciones propias de su juventud e inexperiencia, tuvo la habilidad para ir escalando y llegar finalmente a una comisión en la Sección XXV del SNTE, lo que le permitió conocer a la maestra Elba Esther Gordillo quien lo cobijó bajo sus brazos convirtiéndolo en su niño consentido.
El resto es historia. El joven Alexander dio un salto cuántico cuando nadie lo esperaba, ya que el dedo de Elba Esther lo impuso como líder sindical en Quintana Roo sobre el favorito de su tiempo, Mario Duarte Romero.
Como dirigente del sindicato no brilló y fomentó las prácticas corruptas que eran la norma en ese tiempo, sin embargo favoreció a muchos mentores de Bacalar con diversos apoyos, lo que le hizo ganar un gran respaldo del profesorado del décimo municipio, lealtades que conserva hasta el día de hoy.
En la diputación federal su papel fue completamente decorativo, limitándose a obedecer ciegamente las instrucciones del PRI dictadas en ese entonces por Luis González Flores, presidente de la Gran Comisión en la XII Legislatura, alzando la mano sin chistar y aprobando lo que sea, conocedor de que ese sometimiento tendría su recompensa.
En la otra esquina, su principal competidor en Bacalar, Mauricio Morales Beiza, cumplió con su papel de opositor e hizo del NO su bandera. No pocas veces ocupó el lugar del solitario voto en contra, lo que le valió desde críticas hasta pérdidas económicas.
Pero esa congruencia entre su discurso de izquierda y su postura en las votaciones, hicieron que ganara bonos políticos y que se convirtiera en un verdadero líder dentro de su partido, que aunque pequeño, ha logrado formar en Bacalar un verdadero bastión que puede competir de poder a poder con cualquier fuerza política, al menos en esa demarcación.
A diferencia de Alexander, Mauricio no nació en Bacalar, lo que no ha sido impedimento para crecer en las preferencias de los votantes ya que hay una amplia comunidad de migrantes establecidos en esa cabecera, que no se caracteriza precisamente por su nativismo.
Y si el mayor lastre de Alexander es su calificación mediocre como líder magisterial y como diputado local, el de Mauricio Morales es su cercanía y alianza con el dueño del PT en el estado, el actual diputado local Hernán Villatoro Barrios, parásito eterno del sistema y un consagrado anti demócrata.
Si en las elecciones se impusiera la lógica, estos dos candidatos deberían llevarse los mayores porcentajes de votación en el municipio de Bacalar al ser su territorio, donde son ampliamente conocidos, pero en los hechos el profesor Alexander lleva todas las de perder.
En primer lugar, Zetina Aguiluz ya no puede contar con el respaldo de la estructura sindical que se ha desmoronado tras la aprobación de la Reforma Educativa en 2012 y por el crudo movimiento magisterial de 2013. De manera acelerada y de cara a las elecciones, apenas en los dos meses pasados el SNTE se dio a la tarea de renovar las dirigencias escolares y algunas secretarías delegacionales para tratar de reactivar su estructura, pero no ha sido suficiente porque el grueso del magisterio se ha desconectado, receloso, de su sindicato.
En estos momentos, la estructura del Panal que se nutre del propio SNTE, está endeble y no garantiza nada, eso sin contar que Alexander Zetina no es bien visto por los maestros, salvo en la zona de Bacalar, y ni el respaldo del también ex dirigente, Carlos Gutiérrez García, podrá ayudarlo a levantar el vuelo.
Para colmo de Alexander, muchas de sus amistades bacalarenses e incluso miembros de su familia no trabajan para Nueva Alianza, sino para el PRI, partido con el que comulga en ideología y con el que se han aliado en varios procesos.
Así las cosas, aunque Bacalar es su bastión político, mi estimación más optimista es que no llegará ni al cinco por ciento de votación en su propio municipio, mientras que en los otros –Othón P. Blanco, José Ma. Morelos y Felipe Carrillo Puerto– peleará por los últimos tres lugares.
Por su parte Mauricio Morales Beiza es otro caso. Su nivel de popularidad en Bacalar y la zona rural del municipio es altísimo, compitiendo incluso con el poderoso PRI, pero fuera de Bacalar la historia es muy distinta.
Los dos saben que en las urnas no van a ganar, ni en el mejor de los escenarios posibles, ya que ingresaron a la contienda con propósitos claros, pero muy diferentes.
Alexander jugó a la seguro y se apropió sin dificultad de la candidatura plurinominal del Panal, logrando posicionarse en el lugar número uno de la lista de la tercera circunscripción, lo que lo tiene virtualmente ya en una curul de San Lázaro aunque logre un porcentaje marginal de votos.
Su meta era convertirse en diputado federal y lo logró. No representará a nadie, como no lo han hecho los otros diputados federales del partido dizque magisterial, pero será ungido como representante popular incluso si su partido pierde el registro.
Mauricio en cambio, está haciendo campaña adelantada a la presidencia municipal en 2016, para dejar su imagen fresca ante los potenciales electores.
Morales Beiza tiene en la mira la alcaldía de Bacalar desde que nació, y si no compitió en el proceso pasado donde lanzaron a Rivelino Valdivia Villaseca es porque sabía que el viento no soplaba a su favor. Espera que en el 2016 las cosas sean diferentes, por lo que esta elección federal le servirá para medir el agua a los camotes y publicitarse sobre sus rivales con meses de anticipación.
Es, sin duda, una jugada inteligente del petista, pero muy arriesgada.
