La columna

Valiente profesor de la UQROO

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estudiantes detenidos

Alerta Roja

Javier Chávez Ataxca
Novedades Chetumal

Un catedrático de la Universidad de Quintana Roo (UQROO) tuvo la ocurrencia de pedir a sus alumnos de la licenciatura en Seguridad Pública que reportasen el secuestro de una niña para evaluar los tiempos de reacción de las corporaciones policiacas, desconociendo –por inaudito que parezca– la gravedad del delito cometido.

El profesor es Carlos Enrique Hernández Tapia, quien por dio clases en la Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID), plantel Chetumal, cuyos criterios para la contratación de la plantilla académica son muy laxos.

???????????????????????????????La ocurrencia del profesor provocó la detención de tres estudiantes de la UQROO, quienes siguieron las instrucciones de este ingenuo catedrático que coloca de nuevo a esta casa de estudios en los primeros planos, pero en materia de escándalos.

No hay muchos antecedentes de metidas de pata de esta naturaleza, mucho menos en instituciones de educación superior. Pero independientemente de ello debe predominar el sentido común, ya que a nadie se le ocurriría poner a prueba a los cuerpos de seguridad reportando un ataque terrorista.

El profesor pidió a sus alumnos que denunciaran el secuestro de una niña de siete años en la primaria Solidaridad. Según el catedrático, los plagiarios fueron unos encapuchados que huyeron en un automóvil Avenger.

El “profesor” Hernández Tapia tiene una tarea ineludible: ir a la escuela en calidad de alumno. Porque es un hecho que no está capacitado para estar frente a grupo.

Y los obedientes universitarios fueron consignados por Uso Indebido de Medios de Comunicación de Emergencia, y la Secretaría Estatal de Seguridad Pública hará un enérgico reclamo a la Rectora de la UQROO, Elina Coral Castilla.

Este es el infame nivel de ciertos catedráticos contratados por amiguismo y compadrazgo.

¿Dónde están los villanuevistas?  

Quiero ver a aquellos políticos beneficiados a manos llenas por el ex gobernador Mario Villanueva, cerrando filas en su defensa humanitaria. Pero casi todos han desaparecido de escena, demostrando su pobreza moral.

Cinco o seis amigos entrañables de Villanueva le han tendido la mano de todo corazón, defendiendo la causa de un hombre que ha sido castigado en exceso por el gobierno federal.

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