Opinión

Mara y AMLO marcan el paso en el primer mes de la “Transformación” en Quintana Roo

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Tiro Libre | Anwar Moguel

Dando el ejemplo con un ritmo de trabajo dinámico e incesante en sus primeros 35 días, la primera mujer gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama Espinosa, ha logrado, de la mano del presidente Andrés Manuel López Obrador, concretar una serie de inversiones y proyectos dirigidos a detonar el desarrollo económico en la zona sur del estado que estarán aterrizando en los próximos meses, noticias recibidas con fanfarrias por la población y el sector empresarial que han sufrido por lustros el abandono y la falta de voluntad política.

El contacto a ras de tierra que caracteriza a la mandataria quintanarroense le permitió, durante su campaña, periodo de transición y ahora en la recta inicial de su gobierno, escuchar de primera mano el sentir de desamparo de la gente y reconocer las urgentes necesidades de la zona sur y centro de la entidad, colocando en lo más alto de su lista de prioridades el sentar las bases para generar nuevas fuentes de desarrollo que permitan en un mediano plazo el logro de su objetivo principal de gobierno: acortar las brechas de desigualdad.

Esa empatía con los diversos sectores de la ciudadanía y la pasión por lograr resultados tangibles para los quintanarroenses desde el primer mes de su administración ha sido respaldada plenamente por el presidente Andrés Manuel López Obrador, generando una sinergia que no habíamos visto antes entre el gobierno federal y el estatal. Cabe recordar que fue el propio López Obrador quien vio el potencial político de Mara Lezama por su vocación social, y quien la invitó y convenció a ser primeramente presidenta municipal de Benito Juárez y después, gobernadora.

Gracias a esa coordinación armónica en tan solo un mes del gobierno de la transformación se anunció la inversión de mil millones de pesos para la apertura y mejora de las zonas arqueológicas del sur de Quintana Roo, y la creación de un circuito turístico arqueológico que, sin duda, generará nuevas oportunidades económicas.

Las zonas arqueológicas representan un atractivo importante para un sector de turismo de medio y alto poder adquisitivo. La muestra más exitosa de ello es Chichén Itzá, en el vecino estado de Yucatán, que atrae una media de 1.8 millones de turistas al año. Le sigue Tulum, con poco más de un millón de visitantes al año.

Esas cifras de ensueño pueden convertirse en una realidad para el sur quintanarroense si consideramos que la apertura de Ichkabal generará un impacto a nivel mundial, ya que es una ciudad maya más grande y majestuosa que Chichén Itzá y que ha permanecido inexplorada, cerrada a los ojos del público desde su descubrimiento hace más de 30 años.

Ese factor, más la conexión prevista del Tren Maya y la mejora de los servicios representan un nuevo mundo de posibilidades de inversión, empleo y desarrollo.

Y si bien este proyecto es el de mayor envergadura, no hay que perder de vista otras relevantes gestiones impulsadas por la gobernadora en su primer mes a favor de la población, entre ellas la inversión federal para la apertura de hospitales en Chetumal, José María Morelos y Tulum; el cableado submarino para las islas de Cozumel y Holbox, y la recuperación de recursos de Conagua para obras de agua potable y drenaje, entre otros. Por todo ello, la aprobación de Mara Lezama -quien además está en plena luna de miel democrática con los votantes- ha subido como la espuma.

La gobernadora lo tiene claro: lo que bien empieza, bien termina, y sin pérdida de tiempo está aprovechando cada minuto para construir el andamiaje de su gobierno en sus primeros 100 días, generando las condiciones y las políticas públicas para el Nuevo Acuerdo por el Bienestar y Desarrollo de Quintana Roo que impulsa en su gestión.

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