Opinión

Los partidos que pueden desaparecer, y los que pueden ganar

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Hugo Martoccia | Mesa Chica
La Opinión QR

Esta será una columna de números. Es la mejor forma de explicar que la elección local del próximo 2 de junio va a dejar varios “cadáveres políticos” en el camino. Y no sólo serán nombres propios, sino seguramente también partidos en la misma situación. El escenario posterior al día de los comicios podría dejar a unos muy pocos partidos repartiéndose el poder real, y otros apenas conservando el registro y soñando con tiempos mejores.

Hay un hecho legal que hará de la próxima elección un escenario inédito. Habrá dos fronteras que deberán cruzar los partidos para mantenerse. Por un lado, alcanzar al menos el 3% de la votación, y así conservar su registro. Esa tarea, para al menos seis partidos, será titánica. 

Pero a la hora del reparto de las plurinominales, que es el objetivo de todos (la elección de los distritos de mayoría tendrá un amplio ganador, que será MORENA) la situación cambia. Y se pone incluso peor. 

Se ha incluido en la ley, desde 2017, la figura del cociente natural, que no es otra cosa que “dividir la votación efectiva entre el número de curules a repartir”. Para explicarlo en números redondos, si votan 400 mil personas, el cociente natural va a ser 40 mil. Ese último es el número mágico para lograr una diputación plurinominal. 

El reparto se hará de esta manera, según lo explica la ley:  

“Deberá calcularse la asignación por cociente electoral, cuya distribución se iniciará por ronda en orden decreciente de los votos obtenidos por los partidos políticos, asignándose tantas diputaciones como número de veces su votación contenga el cociente electoral obtenido”.

“Si después de aplicarse el reparto por cociente electoral quedaren diputaciones por repartir, se distribuirán por resto mayor, siguiendo el orden decreciente de los votos no utilizados por cada uno de los partidos políticos en la asignación de curules”. 

Como se ve, ese número mágico ( que podría incluso ser superado por la realidad) es el umbral que dirá qué partido tendrá peso político en el próximo trienio. 

La primera conclusión de esto, discutible por cierto, es que sólo dos partidos tienen asegurado poner plurinominales en la próxima Legislatura: MORENA, el PAN, y que un tercero podría ser posiblemente el PRI. Los demás tendrán un desafío realmente complicado.

SOBREVIVIR 

Hay, como ya se explicó, dos etapas en este camino. La primera es la supervivencia política. Otra vez vamos a los números. 

En julio de 2018 votaron en la elección de Ayuntamientos, impulsada por una elección a Presidente de la República, 715 mil personas. Nadie espera que ese número, inédito, se repita en junio de este año, donde sólo es una elección local de diputados.   

En las últimas dos elecciones locales de diputados votó mucha menos gente. En 2016, con una elección a gobernador de paraguas, votaron 585 mil personas. En 2013, con una elección de Ayuntamientos, votaron 426 mil.

El más optimista de los escenarios dice que en esta elección votarían alrededor de 400 mil personas. De ahí el ejemplo numérico con el que arranca esta columna. 

El 3% de votos necesarios para mantener el registro serían 12 mil votos. El oficialismo estatal ya tiene sus números preliminares, sobre ese escenario hipotético. 

Según ese análisis, los que no tienen ningún problema serán MORENA, alrededor de un 40% de los votos; el PAN, 22%, y PRI, entre 10 y 12%. De allí para abajo se abre un abismo. 

El oficialismo estatal sostiene (quizá con el voluntarismo con el que se ve a los aliados) que el PRD podría lograr alrededor de 5 o 6 % de los votos. Movimiento Ciudadano y el PT estarían en el umbral del 3%, y el Verde Ecologista, Confianza por Quintana Roo y el MAS, por debajo de ese porcentaje, peleando mano a mano con la desaparición. 

El PT requiere un párrafo aparte. Es aliado de MORENA, y le corresponden tres distritos en esa coalición, el 2, el 13 y el 15. En la pasada elección, apenas superó el 4% de los votos, aún con todo el peso de Andrés Manuel López Obrador a su favor. En esta ocasión, la única oportunidad que tiene de sostenerse es que sus candidatos de coalición los ponga MORENA, aunque vayan con el nombre del PT. De otra manera, su futuro será muy complicado. 

El Verde, que también es aliado de MORENA, tiene un derrotero aún más difícil. En la última elección alcanzó apenas el 2.5% de los votos, y su fama pública está cada vez más desprestigiada. El auxilio de MORENA en la elección estatal pudiera darle algún aire. Pero la verdad es que las proyecciones no son las mejores. 

Ya hay señales muy concretas de que en los distritos donde el Verde encabeza la coalición, el 4 y el 8 de Cancún, un sector del morenismo propone apoyar a otra figuras. 

PESO POLÍTICO 

La segunda etapa de esta batalla es la de los espacios plurinominales. Ahí la situación es claramente más compleja para los partidos más pequeños. 

Como ya se explicó en el tema del cociente natural, cada plurinominal valdrá el 10% de la votación, lo que las hace inaccesible para la mayoría de los partidos. Según los números del oficialismo, sólo tres partidos accederán a ese raparlo, como ya se dijo. 

Hay varias opciones, pero una de ellas es que si se da el caso que MORENA gane la mayoría de los distritos (en el oficialismo se habla de 8, más algunos otros de sus aliados) podría conseguir entre 3 y 4 plurinominales sin caer en la sobrerepresentación del 8%. 

Por cociente electoral ajustado, al PAN le corresponderían 3 o 4 pluris, y al PRI 1 o 2. Todo en números redondos y en un escenario simple. Para los demás partidos, es una tarea casi imposible. 

LA BATALLA DE LOS DISTRITOS

Como ya se explicó, la posibilidad de que varios partidos alcancen el 3% es difícil, y mucho más una “pluri”. Su supervivencia política, entonces, está en la batalla de los distritos, lo cual es muy complejo. 

En el caso de los partidos que van solos, PRI, MC, Confianza y MAS, las chances de ganar un distrito son realmente complejas. El PRI pasa por su peor momento histórico, y casi no tiene candidatos. Aún así, tendrá una posibilidad concreta en Cozumel, y también podría tener esperanzas en el distrito 12, de la zona maya, si el voto del oficialismo se divide entre Confianza y la alianza PRD-PAN. 

Sin embargo su referente en la zona, Paoly Perera, se ha alejado del partido. Si esto último se comprueba, las chances del tricolor son nulas. 

Ese distrito lo encabeza justamente el Sol Azteca, y es donde tiene puestas sus mayores esperanzas de salir vivo de la elección. Allí sueña con alcanzar el 3% y un diputado. Más allá de eso, el panorama es realmente oscuro para ese partido. 

El PAN, por su parte, encabeza en la alianza todos distritos donde MORENA es muy fuerte, pero analiza que es competitivo en 4 distritos de Cancún (1,5, 7 y 8) y también en Cozumel.

Un comentario aparte merece la figura de Greg Sánchez, que competirá por el distrito 3. Lo haría con el PES, si el partido finalmente mantiene su registro nacional, u obtiene uno local. O si no lo hará con el PAN o PRD. Es, dicen en el oficialismo, un candidato competitivo. 

Debe decirse que los 3 distritos del sur, el 13, 14 y 15, son una incógnita. Allí el tema es saber si habrá voto castigo para MORENA, o se mantendrá ese voto castigo en contra del Gobierno Estatal. 

Con esos datos, un escenario posible habla de un Congreso amplio, con el Verde, el PT, el PRD y el PRI ganando posiblemente un distrito cada uno, más una primera minoría de MORENA, y luego el PAN.

El escenario más complejo, habla de un Congreso de cuatro partidos, pero con una mayoría sólida y amplia de MORENA y sus aliados. 

En cualquiera de los dos escenarios, sin embargo, se espera que haya un amplio acuerdo de gobernabilidad de MORENA con el joaquinismo, en una suerte “doble oficialismo” que le dé mayoría a uno u otro espacio político, según las circunstancias. (Ver nota abajo). 

Como ya se ha dicho varias veces en esta columna, el triunfo electoral de MORENA es casi una certeza. Pero que ese triunfo le dé el control del Congreso, es una historia diferente. 

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