Chetumal, 30 de noviembre
Ángel Solís
El virtual secretario general del PRI en el estado, José Alberto Alonso Ovando, señaló que mantiene un amistad de muchos años con el gobernador Carlos Joaquín González, ya que estudiaron juntos la carrera de contaduría en la Universidad de Yucatán (UADY), pero negó que esto sea indicativo de que el mandatario está detrás de la renovación de la dirigencia priista, rechazando de igual forma que estuviera en la nómina estatal con el cargo de asesor en la oficina que encabeza Juan de la Luz Enríquez Kanfachi.
“A los amigos no se les niega, con el gobernador tengo una relación de muchos años atrás, desde que éramos estudiantes en la Universidad”, afirmó.
El ex titular de Educación en el gobierno borgista, rechazó que Carlos Joaquín esté influyendo en la elección de la próxima dirigencia Tricolor que estaría encabezada por la ex diputada local Candy Ayuso Achach como presidenta, y él como secretario general, la cual estaría tomando posesión en los primeros días de diciembre.
“La mano que habrá en el PRI será la de todos los priistas, que quieran de buena fe trabajar para que el partido vuelva a ser protagonista”, dijo.
Sobre los señalamientos que ha habido en diversos medios de comunicación que es el único priista de la pasada administración borgista que no fue investigado por la Contraloría del Estado y la Auditoría Superior del estado, al grado incluso de que se rumora que fue protegido con un cargo como asesor en la Coordinación de asesores que encabeza Juan de la Luz Enríquez Kanfachi, Alonso Ovando rechazó tener algún vínculo laboral con el actual gobierno, negando estar o haber estado dado de alta en el gobierno joaquinista.
“Yo no cobro en la nómina del gobierno del estado, no tengo ninguna relación de cobro con el gobierno del estado, amistad sí con el gobernador del estado, nada más”, aseguró.
Cabe señalar que pese a la precaria situación que prevalece en el PRI, este sábado diversas unidades de transporte como combis foráneas del UNTRAC y autobuses de renta sirvieron para traer desde distintos puntos de la entidad a cientos de priistas que al ritmo de batucadas y porras revivieron por unas horas al viejo PRI, al que todavía hace un año muchos daban por muerto.
