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El mito de los “autodefensas” y el lado flaco del gobierno de Carlos Joaquín

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Tiro Libre | Anwar Moguel
@PolíticaQR

Un explosivo artículo firmado por Nacha Cattan y Eric Martín que detonó a nivel internacional en el importante portal Bloomberg el fin de semana pasado pegó como patada de mula y causó una seria preocupación en el sector turístico-empresarial quintanarroense, ya que en él se pinta al óleo, con lujo de detalles, un trágico panorama de paradisiacas playas invadidas por la narcoviolencia donde ha nacido un grupo armado de autodefensas, patrocinado por un acaudalado empresario de bienes raíces: el polémico Carlos Mimenza Novelo.

“Carlos Mimenza no dice si el equipo de 200 hombres que ha ensamblado porta armas. Tendré que dejarlo a tu imaginación. Mis abogados no me dejan hablar de ello”, es el impactante inicio del artículo que, de entrada, sugiere sin afirmar que en Quintana Roo existe un batallón que se mueve fuera de la ley con armas de alto poder.

La descripción no termina allí. Los periodistas estadunidenses hablan de un lujoso centro operativo en lo profundo de la selva en la Riviera Maya, hablan de sujetos enmascarados, de hackers expertos, de drones y de una zona turística secuestrada por el crimen organizado, todo aderezado con fotografías teatrales, de pose.

El mito de los “autodefensas” caribeños, que nadie en Quintana Roo ha visto ni de casualidad, ya es conocido fuera de México, lo que representa un serio golpe al turismo, ya que esta información llena de puntos flojos e imprecisiones sin duda impacta en el ánimo de potenciales visitantes al destino de playas número uno del país.

Pero el crecimiento exponencial de este mito deja al descubierto el lado flaco del actual gobierno aliancista (PAN-PRD) de Carlos Joaquín, pues como todo mito, se nutre de la realidad, maquillándola, inflándola, moldeándola para hacerla ver más terrorífica.

El tsunami de inseguridad que está impactando a las costas quintanarroenses no es una mentira, tampoco lo es la incertidumbre de los habitantes del polo turístico más importante de México, Cancún, donde las ejecuciones y balaceras han llegado a niveles nunca antes vistos.

Esta ola criminal está lejos de ser contenida, y aunque el gobernador Carlos Joaquín González ha sido reiterativo en que se llegará hasta las últimas consecuencias en el combate a los carteles de la droga, el mensaje se diluye al llegar a las corporaciones policiacas estatal y municipales, que lucen incapaces de hacer frente a los poderosos señores del mal.

El mediático empresario Carlos Mimenza, que carga en la espalda un costal de oscuros intereses hasta hoy nebulosos, se ha aprovechado de esta vulnerabilidad para hacer crecer la idea de sus “autodefensas”, presentados en un video a través de las redes sociales sin máscaras, ni armas, ni drones, ni nada de la parafernalia narrada irresponsablemente por Bloomberg.

Después el líder de los “autodefensas” caribeños acotó en un video que no usarán armas y que su vigilancia estará centrada en contra del gobierno de Carlos Joaquín, quien es de un tiempo para acá su objetivo favorito.

Nada de esos antecedentes fueron tomados en cuenta por los reporteros de Bloomberg al redactar un texto en el que se atenta contra el motor económico de la entidad y el principal generador de divisas para México.

El empresario, quien por cierto tiene escasa credibilidad entre los quintanarroenses por su estilo de merolico megalómano, le ha ganado de todas todas en la guerra mediática al gobierno del estado, cuyo equipo de comunicación se ha visto aletargado para responder con contundencia a la ofensiva de Mimenza.

A pesar de que los elementos para demostrar que el circo de los “autodefensas” es un show político-mediático, los estrategas de la comunicación del gobernador no han logrado conectar ni un hit, y sus intentos desesperados resultan contraproducentes, pues utilizan cuentas de Facebook de nulo impacto pero con publicidad pagada para difundir “noticias” amarillistas atacando al empresario, sin percatarse que con esa falta de seriedad solo lo fortalecen.

La torpeza de los encargados de manejar esta crisis de medios en la era de las redes sociales quedó de manifiesto en el propio artículo, donde se cita una tibia postura de la “cabeza” de la comunicación institucional, Felipe Ornelas Piñón, quien desaprovechó la entrevista con los reporteros de Bloomberg para demostrar, con hechos comprobables, la falsedad de los autodefensas, y se enfocó en criticar a Carlos Mimenza sacando de la chistera el agotadísimo recurso del oscurantismo borgista.

“Ninguna de sus acusaciones ha sido verificada por ninguna autoridad”. “Mimenza no cuestionó al anterior gobernador, que fue arrestado en junio por cargos de lavado de dinero, con el mismo grado de escrutinio”, fue todo lo que atinó a responder Ornelas Piñón, según los autores del artículo.

Sin una barrera de contención en el área de comunicación y con una realidad de inseguridad creciente, no es extraño entender porque el mito de los “autodefensas” de Mimenza sigue agigántandose hasta llegar a ser la peor pesadilla para el gobernador Carlos Joaquín González y un verdadero peligro para la estabilidad económica y social en Quintana Roo.

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