La columna

Venganza y trampa en el caso Vergara

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En Órbita | Marcelo Salinas
@msalinas21

Editorialistas de diversos medios nacionales coinciden en que la aprehensión del ex secretario de Finanzas de Quintana Roo, Juan Vergara Fernández, tiene una motivación política en un contexto más amplio: sería una estratagema para favorecer al PRI en el desarrollo del proceso electoral.

Suena lógico por los antecedentes y la atmósfera. Mire: las más recientes encuestas sitúan al priista José Antonio Meade en un tercer lugar, por debajo del panista Ricardo Anaya. Este último entregó todo el respaldo a los abanderados de su partido en una reciente visita a Cancún, entre ellos a Vergara, hasta ayer precandidato por el Distrito 03 cuya cabecera es dicha ciudad.

El discurso de Anaya en ese convivio con seguidores versó en torno a exgobernantes corruptos; destacó la decisión del gobierno actual (de Carlos Joaquín) de acabar con la impunidad; puso de ejemplo a la justicia quintanarroense como ejemplo nacional, y pronosticó la victoria el próximo 1 de julio.

Casi por la misa fecha Meade estuvo en el mismo destino, donde fue arropado por “referentes tricolores” del estado, entre ellos Gabriel Mendicuti, quien, entre otros cargos, ocupó la Secretaría de Gobierno durante la administración de Roberto Borge, recluido en un penal de Morelos por hechos conocidos.

Su discurso, en cambio, no convenció en ese renglón, apenas aludido. Es más: en el fragmento del video donde habla de “corruptos” se ve que corren a Raymundo King (líder priista, diputado local, ex legislador federal aspirante y borgista declarado), del lado de Meade, lo cual fue motivo de burla en redes sociales.

En el encuentro de Meade y Mendicuti ambos supuestos “amigos” fueron fotografiados juntos, lo cual generó una polémica por la investigación contra Mendicuti, quien paseaba impune. La imagen convertida en viral habría gatillado su detención el día 20 del mes pasado. Días después (el 26) cayó Mauricio Góngora, ex candidato a la gubernatura por ese mismo partido (perdió contra Carlos Joaquín).

Son diez detenidos de la era Borge. Al menos 100 las denuncias. El golpe contra el PRI es duro e innegable. Por eso se habla de venganza y trampa. Porque en esta obvia doble coyuntura -judicial y electoral- se asoma el verdadero trasfondo: reposicionar al PRI como el garante de la justicia y, de paso, tomar ventaja en la competencia.

Los entendidos dicen que no es delito grave el que se le imputa a Vergara. Con el pago de una determinada fianza el ex secretario podría salir libre, posiblemente para contemplar el desplome del partido rival, en caso de confirmarse tal hipótesis.

Terrible si así fuera.

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