La columna

Manzana podrida del borgismo en la Cojudeq

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Tiro Libre

Anwar Moguel
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Paraíso de saqueadores y bandidos durante el sexenio recortado de Roberto Borge Angulo, la Comisión para la Juventud y el Deporte aún no ha sido depurada del todo, pues permanecen incrustados en su estructura administrativa y operativa algunos personajes quemados que fueron cómplices de los malos manejos y de la rapiña financiera de esa dependencia utilizada como “caja chica” por la pandilla borgista.

Mentorizados por el entonces poderoso y turbio ex administrador de la Cojudeq, José Luis Irrizont Marrufo, operador del saqueo durante las gestiones de Martín Cobos Villalobos y Raúl Aguilar Laguardia, un grupillo de funcionarios menores tuvieron manga ancha para transar a la medida de su gusto utilizando los programas estatales y federales destinados a fortalecer el deporte y brindar opciones a la juventud, de forma tan descarada que, a pesar de percibir sueldos moderados, salieron con jugosas cuentas bancarias, departamentos de renta, propiedades y negocios.

La llegada del nuevo gobierno y el cambio de estafeta en la Cojudeq sirvió para limpiar algunas áreas, sin embargo no todas las manzanas podridas del borgismo fueron erradicadas.

Con un perfil bajo, pero anhelando regresar por sus fueros, continúa laborando en el organismo deportivo Gaspar López Ruiz, quien fuera el “maquillista” consentido de Irrizont Marrufo para comprobar gastos de recursos federales que llegaban vía Conade e IMJ, ya que aún no se había separado el área de Juventud.

Fuentes internas de la Cojudeq que vivieron esas épocas de rapiña de cerca, afirmaron que Gaspar López era un experto en manejar, a conveniencia de sus jefes, las cifras y facturas para hacer parecer que el dinero federal era bien utilizado, cuando la mayor parte se perdía en el limbo de la corrupción.

Gracias a su “talento” fue un personaje consentido por sus jefes en todos los aspectos: poder dentro del organismo y prosperidad económica.

Inexplicablemente logró superar la marejada inicial de cambios y fue nombrado encargado del área de Transparencia, oficina donde no puede poner en práctica sus habilidades de maquillaje, por lo que desde allí se ha dedicado a torpedear a la actual administración esperando regresar por sus fueros a la abundancia mal habida de antaño y de paso rescatar a algunos miembros de su camarilla que fueron despedidos.

Muchas de las irregularidades detectadas en la Cojudeq que aún siguen impunes por la lentitud de la Fiscalía estatal, llevan el sello de este discípulo de Irrizont, que por razones inentendibles hasta para los mismos trabajadores del organismo no ha sido sujeto de una investigación a fondo por las autoridades actuales.

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