Opinión | Ángel Solís
Tal parece que en su afán de protagonismo, el titular del Instituto de Administración Pública en el estado (IAPQROO), León Lizarraga Cubedo, no escuchó o no se enteró del mensaje fuerte y claro que lanzó el gobernador Carlos Joaquín González respecto a que dejaran de repartir culpas y mejor se pusieran a trabajar, pero sobre todo que las evaluaciones que se hagan se tienen que hacer al interior, ya que el presidente de esta “Asociación Civil”, que dice no ser gubernamental pero depende totalmente del gobierno, señaló que en el gabinete estatal existe desorden y falta de coordinación, declaraciones irrespetuosas para el mandatario sobre todo cuando está a punto de rendir su Segundo Informe de gobierno.
Y es que León Lizarraga no tiene ni la mínima autoridad moral para “poner el dedo en la llaga”, pues el IAPQROO bajo su dirección ha abandonado las funciones de capacitación que le corresponden y está intentando convertir a dicho organismo en un ente político, para juzgar, buscar y señalar culpables de la imagen del actual gobierno, haciendo a un lado al grupo que lo impulsa y trabaja bajo la mesa en un proyecto político propio.
Asesor de funcionarios priistas por muchos años, señala incluso que por haber salido del Tricolor Carlos Joaquín no cuenta con una estructura política que lo acompañe y que lo ayude a comunicar sus acciones de gobierno, dejando entrever que extraña las épocas cuando el gobierno estaba en manos de un partido único y hegemónico.
Las aspiraciones políticas de Lizárraga Cubedo son conocidas por todos; detrás de un disfraz de intelectual, existe un operador maquiavélico que usa la asociación civil “Democracia Social” que constituyó con fines netamente políticos, creando y utilizando señoras “líderes de colonia” como en el viejo esquema, pues piensa que así se mantiene la estabilidad y control político a pesar del auge del internet y las redes sociales.
Quizás sus señalamientos replicados en una nota en un portal de noticias por internet sean para llamar la atención del mandatario con la intención de ser tomado en cuenta, pero exhibiendo al gobierno, dando consejos de manejo de información y estrategias políticas de los años 80´s al actual gobierno y presionando para que sean removidos del cargo diversos funcionarios difícilmente lo logre.
Su preparación educativa, que la tiene, lo podrían llevar a otros niveles, pero el exceso de protagonismo y la falta de tacto político lo están hundiendo, como ocurrió en el pasado foro de presidentes municipales donde intentó llevarse todo el crédito, pues nunca reconoció a la Secretaría de Gobierno como la dependencia organizadora y se adjudicó el evento.
Tal vez León Lizárraga no lo recuerde, pero en los gobierno priistas que tanto añora esta intentona de golpeteo y presión al gobernador era motivo para que su cabeza rodara inmediatamente, como rodó en el gobierno de Félix González Canto.
