La columna

Comunicación política a la mexicana

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A TIRO DE PIEDRA / Novedades Chetumal
Julián Santiesteban

arletcampañaConvencer no es lo mismo que vender, ofrecer un producto no es lo mismo que hacer partícipe de un proyecto; por ello, aun cuando el marketing político ha sido la estrategia más utilizada por los partidos políticos para ganar elecciones, estrategas nacionales e internacionales coinciden en que mucho de la caótica situación actual en América Latina está dado por esa “comercialización” de la democracia, al llevar al poder a más de un “cara bonita” que no tiene la más mínima idea de lo que es la toma de decisiones para beneficio colectivo.

Del 4 al 6 de diciembre pasado se realizó en la ciudad de México la VI Cumbre Mundial de Comunicación Política, importante evento en el que se presentaron más de un centenar de ponencias y en el que analistas, participantes y especialistas de todo el mundo conocieron  y difundieron estrategias diversas para candidatos y gobiernos, con el objetivo de que puedan realizarse campañas efectivas y comunicación gubernamental estratégica.

Cada cual tiene particular perspectiva con respecto a lo que debe hacerse para ganar una elección; desde abordar temas que atiendan la parte “sentimental” del elector y no la “cuantitativa” o racional, y una gran parte de ellos coincidieron en que la sola utilización de las herramientas del marketing político para alcanzar el triunfo ha generado una disociación entre los ciudadanos y los gobernantes.

Porque la fotografía del candidato con ancianos, niños o discapacitados nunca ha sido sinónimo de capacidad y voluntad para gobernar y atender a estos sectores poblacionales. Si así fuera, en menos de una década se solucionaría la pobreza nacional, pues tan sólo entre 2015 y 2016 se renovarán 21 gubernaturas, el Congreso federal y más de mil municipios de toda la República ¿Se imagina tanta voluntad de ayudar junta? Por lo pronto vaya preparándose para esa cantidad de campañas.

Y entonces no más marketing político, las campañas deben desarrollarse ahora con base en la comunicación política como concepto amplio y profundo, que tiende también a convencer a los electores a partir de un proyecto de gobierno, pero lo fundamental es que exista ese proyecto y no ideas aisladas, frases desarticuladas aunque sean muy convincentes, pero sin fondo. Se trata pues de que los especialistas diseñen campañas integrales y no vendan sólo imágenes, que es lo que se ha hecho en los últimos años y ha generado tanta decepción ciudadana y alejamiento de las urnas. ¿Le parece conocida la situación?

En lo que se refiere a la comunicación gubernamental, la Cumbre también representó la oportunidad de conocer ejemplos de éxito de gobiernos cuya empatía con la ciudadanía les ha permitido generar estrategias efectivas de gobernanza, es decir, el gobierno en el que los ciudadanos se involucran y construyen juntos políticas para beneficio colectivo.

No se trata ya de lanzar comunicados múltiples a los medios de comunicación y esperar que el ciudadano crea lo que se publica, o intentar que lo haga a partir de la repetición sistemática de lo que se dice que se hace, e incluso pretender atender crisis callando, ignorando los fenómenos sociales o amplificando la intensidad de otros para que se ignoren los que impactan realmente en la dinámica social ¿De nuevo le parece conocido?

Se trata de convencer a partir de la acción, de encontrar medios efectivos para difundir y construir el mensaje adecuado de acuerdo al sector que pretende atenderse, porque además la uniformidad del mismo no permite su apropiación y reproducción social. Muy aleccionador.

En este país todo tiende a “mutar” y hay proceso electoral en curso, veremos pronto las “caras bonitas”, los abrazos a ancianitos, adicionados de un mensaje de esperanza y promesas de que, ahora sí, gobernarán en beneficio de la sociedad. Así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

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