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Otoniel Segovia, pepenador del erario

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Tiro Libre | Anwar Moguel

A escasos días de asumir la presidencia municipal de Othón P. Blanco, el tabasqueño Otoniel Segovia ya mostró que sus intenciones no son gobernar ni administrar la capital de Quintana Roo, sino seguir al pie de la letra el viejo refrán que ilustra la corrupción en México: “no me des, nomás ponme donde hay”.

¿De qué otra forma se podría interpretar que sin calentar aún la silla municipal ya le pidió al gobernador Carlos Joaquín 42 millones de pesos para, según, solucionar la crisis de la basura?

En la forma de esta petición puede verse la intentona de amarrar navajas muy al estilo de su compinche partidista, la senadora Marybel Villegas, al endosarle la responsabilidad a otro poder y rehuir de la propia, en este caso la de su yerno, el ex alcalde interino José Luis Murrieta, a quien le ordenaba hasta lo que iba a pedir de desayuno.

Pero, como siempre, la forma es menos lesiva que el fondo de las intenciones, las cuales podrían resumirse en dos palabras después de la experiencia que nos dejó el interinato de su yerno: corrupción e incompetencia.

Segovia debería saber, aún con su escaso conocimiento en la administración pública, que no puede llegar y así como si nada extender la mano para recibir los millones que pida, menos cuando alrededor del contrato que le adjudicó su yerno a la empresa veracruzana Amex Ecosolutions para el manejo, transporte y destino final de los desechos, impera una total opacidad.

Nadie conoce a esa empresa; ni siquiera tiene huella digital en internet, mucho menos permisos federales ni estatales para el manejo de residuos y, como se ha visto, tampoco los 10 camiones recolectores que, se ofreció, limpiarían a partir de febrero la ciudad.

Este contrato nos costará ocho millones de pesos a los chetumaleños, a razón de un millón de pesos mensuales por un servicio inexistente y una concesionaria fantasmal, más allá de que el suplente de Pastrana asegure que no se le pagará si no cumple, lo que podría ser aún más grave, pues regidores como María Hadad Castillo señalaron las debilidades del contrato legal, es decir, la empresa tiene la posibilidad de demandar con todas las de ganar.

En estos términos, ¿sería sujeto de confianza el alcalde capitalino para recibir, como quiere, una carretonada de millones? 

Lo más prudente que podría hacer el Gobierno del estado es seguir como hasta ahora, invirtiendo ese dinero que es de los ciudadanos en rescatar los servicios públicos y la infraestructura de la capital, cuidando que no llegue a los bolsillos de pepenadores de la política.

1 Opinión

  1. Ni siquiera es de aquí, un bribón mas que se despachara del erario, y la población que apa? y este si actuara en contra de Luis Torres o todo seguira igual?

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