Chetumal, 18 de julio
Anwar Moguel
A solo unos días de que se emita la convocatoria para el relevo en la presidencia del Poder Judicial del Estado, el abogado chetumaleño Raúl Ojeda González aseguró que el magistrado presidente Fidel Villanueva Rivero no solo heredará un masivo rezago en sentencias, donde el 70 por ciento de la población en prisión tiene años en espera de un juicio, sino que también dejará una infraestructura que a pocos años de haber sido construida se está cayendo en pedazos.
El litigante señaló que muchas instalaciones del Poder Judicial están en pésimas condiciones. “Hay oficinas donde filtra el agua cuando llueve, las paredes tienen humedad, y por mencionar un solo caso el juzgado familiar en Chetumal es un gran nido de palomas, donde es común encontrar excremento y plumas por toda esa oficina y sobre los escritorios”, acusó.
Ojeda González dijo que en todas las oficinas en el estado del Poder Judicial es común encontrar alguna anomalía debido a las malas construcciones y la falta de supervisión de esas obras antes de que fueran entregadas. “Las instalaciones en función del Poder Judicial no reúnen los requisitos mínimos tanto de seguridad como de calidad, pese a que pagaron contratos millonarios por ellas”, manifestó.
El conocido abogado opinó que en estos momentos la justicia en Quintana Roo está por los suelos, ya que las estadísticas del Poder Judicial de Quintana Roo lo colocan entre los de mayor rezago a nivel nacional.
En cuanto a la solicitud que hizo hace unos días el polémico magistrado numerario chetumaleño Mario Aguilar Laguardia para reelegirse por un periodo de tres años más en ese cargo, a la cual ya se le dio entrada en el Congreso del Estado pese a que cuenta con demandas y señalamientos incluso de su misma familia por invasión y despojo entre otras acusaciones, Raúl Ojeda consideró que no solo se debe valorar la permanencia del mencionado, sino también de otros magistrados que por edad ya no deben de estar dentro del Poder Judicial, como Gastón Alegre López y Miguel Mario Angulo Flota, y otros magistrados sin carrera judicial, que su presencia en el Tribunal se debe a un “regalo” que les dio Roberto Borge más que por su capacidad.
